Organizacion social de la prehistoria

Contenidos
Gobierno de la Edad de Piedra
IntroducciónLas recientes investigaciones genéticas han puesto de manifiesto que el tercer milenio a.C. fue un período de una serie de migraciones desde la estepa del Caspio-Póntico hacia Europa central y, más tarde, occidental, que condujeron primero a la formación de los complejos Corded Ware (c.2900-2100 a.C.) y luego de los Bell Beaker (c.2750-2000 a.C.) [1-3]. Esto también se evidencia en un ritual de enterramiento compartido en Europa Central, caracterizado por enterramientos individuales y una estricta diferenciación entre hombres y mujeres en la orientación del cuerpo [4]. La mezcla genética resultante de estas migraciones sigue caracterizando a las poblaciones europeas modernas, al igual que es muy probable que los predecesores de una o varias lenguas indoeuropeas que se hablan hoy en día en Europa fueran transportados por estas migraciones [5, 6].
Sin embargo, muchas cuestiones sobre la escala, la extensión y la velocidad de los acontecimientos siguen abiertas, ya que sólo podemos inferir hipótesis sobre los desencadenantes, los mecanismos y la dinámica grupal o individual de estas transformaciones. Tampoco se comprende bien cómo fue posible que estas poblaciones establecieran y mantuvieran su coherencia cultural, social y lingüística a lo largo del tiempo. En el caso del complejo Corded Ware se ha sugerido que las migraciones iniciales estaban dominadas por hombres, que se casaron con mujeres probablemente procedentes de poblaciones neolíticas residentes [6-9], aunque en la actualidad se discute si las pruebas genéticas de que las migraciones dominadas por hombres contribuyeron a estos grupos son convincentes [10, 11]. También hay pruebas de que los grupos individuales muy probablemente practicaron la patrilocalidad y la exogamia a nivel comunitario [7, 12].
Los esqueletos de los cazadores-recolectores tienden a mostrar
ResumenBruce Trigger (1984) ha señalado que, a pesar de los obvios desacuerdos y batallas paradigmáticas dentro de su campo, los arqueólogos estadounidenses desde el advenimiento de la "Nueva Arqueología" mantienen varios supuestos básicos en común. El primero de ellos es que la arqueología, con la gran profundidad temporal de su base de datos, está excepcionalmente cualificada entre las ciencias sociales para estudiar el cambio (ibid:276). Desde el principio de la historia de la ciencia arqueológica moderna ha sido obvio que el cambio, más que la constancia, ha sido la regla en la historia de la humanidad. Incluso si uno trata de enfatizar los patrones subyacentes de similitud a través del tiempo, es el cambio aparente del que debemos dar cuenta en última instancia. Por lo tanto, el estudio del cambio social, o de la evolución (para usar la palabra en su sentido general), debe ser uno de los objetivos más importantes de la arqueología, aunque, como argumenta de forma persuasiva Trigger, no tiene por qué ser el único (ibid:281 ss.).Palabras claveEstas palabras clave fueron añadidas por la máquina y no por los autores. Este proceso es experimental y las palabras clave pueden actualizarse a medida que el algoritmo de aprendizaje mejore.
La política en la edad de hierro
Con sede en el University College de Londres, en el Reino Unido, fue fundada por V. Gordon Childe, Stuart Piggott y Grahame Clark en 1935[1], pero también se remonta a la anterior Prehistoric Society of East Anglia[2], que comenzó en 1908[3]. La sociedad es una organización benéfica registrada según la legislación inglesa[4].
La afiliación es por suscripción e incluye la revista anual, Proceedings of the Prehistoric Society,[5] que continúa Proceedings of the Prehistoric Society of East Anglia (1911-1934),[6] y boletines del boletín informativo, PAST, que se publica en abril, julio y noviembre. También organiza periódicamente conferencias, charlas y otros actos y concede becas para la investigación arqueológica.
La Sociedad de Prehistoria concede una serie de subvenciones y premios anuales,[7] entre los que se encuentra el Premio Baguley a la mejor contribución a las Actas de ese año. El premio Baguley lleva el nombre de Rodney M. Baguley y fue inaugurado en 1979[8].
Política de la Edad de Bronce
En la antigua Roma, los ricos patricios dirigían el imperio. Los plebeyos de segunda clase trabajaban en las granjas, cocinaban el pan y construían las murallas. El resto de la mano de obra -un tercio de la población romana- era esclavo.
La historia de la humanidad está, tristemente, entrelazada con la desigualdad. La mayoría de las civilizaciones primitivas, como la sumeria, la egipcia y la harapia, tenían clases sociales, estratos de desigualdad que dejaban a unos en mejor posición que a otros. Sin embargo, durante mucho tiempo se ha asumido que antes de los imperios ateniense y romano -que surgieron hace casi 2.500 y más de 2.000 años, respectivamente- la estructura social humana era relativamente sencilla: había quienes estaban en el poder y quienes no. Un estudio publicado el jueves en Science sugiere que no era tan sencillo. Hace ya 4.000 años, a principios de la Edad de Bronce y mucho antes de que Julio César presidiera el Foro, las familias humanas de distintos niveles de estatus mantenían relaciones bastante íntimas. Las élites convivían con las de las clases sociales más bajas y con las mujeres que emigraban desde comunidades ajenas. Parece que las primeras sociedades humanas funcionaban en un complejo sistema de clases que se propagaba a través de las generaciones.